El sufrimiento psicológico puede expresarse de múltiples maneras y limitar la forma en que vivimos nuestra vida. En general, las personas que buscan terapia lo hacen por diversos motivos: puede que padezcan por ansiedad, depresión, pueden sentirse «estancados”, bloqueados o con problemas para seguir adelante con su vida o sus relaciones. Tal vez sufren por constantes pensamientos o conflictos obsesivos, sentimientos de vergüenza, culpa o miedo. Hay personas que pueden haber experimentado un trauma con las consiguientes secuelas duraderas en el tiempo. Otras buscan un espacio para reflexionar sobre el punto en que se encuentran en sus vidas y las transiciones vitales a las que se enfrentan.
Un enfoque psicoanalítico entiende la terapia de forma «holística». Ello significa que no nos enfocamos en un síntoma o síntomas en particular, aunque los tengamos en cuenta. Consideramos los síntomas dentro de un contexto más amplio de la vida del paciente, su experiencia pasada y presente, así como sus esperanzas para el futuro.
Una sesión de terapia es un espacio confidencial y de confianza donde el paciente y el terapeuta se reúnen para encuentros regulares. Es un espacio donde el paciente puede hablar libremente sobre lo que tenga en mente: problemas actuales o pasados, relaciones, sueños … Todo lo que el paciente trae es importante y se tiene en cuenta al tratar de comprender cuál es la raíz de su infelicidad, angustia o padecimiento. Entendemos que gran parte de nuestra vida psicológica en ocasiones no se puede expresar con palabras ni está disponible para sentirla ni pensarla fácilmente. Aquello a lo que es difícil acceder tal vez sea un patrón de relación con otras personas, con el mundo y, por supuesto, con uno mismo.
El terapeuta acompaña al paciente, escuchando, asimilando sin juzgar lo que él o ella está diciendo y sintiendo y atento a lo que está sucediendo en la sesión. A continuación, le hará una devolución de lo que ha captado que tal vez anime al paciente a intercambiar ideas o reflexionar con más profundidad sobre lo que se ha expresado.
De esta forma, el esfuerzo conjunto realizado en la sesión ayuda a «dar sentido» a lo que está sucediendo en la vida del paciente, encontrando formas de expresar y pensar sobre lo que anteriormente había sido de difícil acceso. Trabajamos con emociones, recuerdos y sensaciones, y construimos puentes entre ellos y aspectos de la vida del paciente.